Hablemos del duelo

El duelo psicológico es el estado y proceso normal del ser humano que sigue ante una pérdida. Esta pérdida es definitiva y por ello se asocia generalmente a la muerte, pero se puede dar duelo sin muerte (como tras la ruptura de una relación). Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, existencial/espiritual y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia. En el duelo prácticamente no hay nada preestablecido, la intensidad y duración de este proceso y de sus correlatos serán proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida. 

Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta una recuperación funcional aceptable del doliente. Esta elaboración puede comenzar antes de la pérdida en el caso de que ésta se pueda prever con cierta antelación, es lo que llamamos duelo anticipado.

Determinantes en la elaboración del duelo

Algunos determinantes que influyen en la elaboración del duelo en caso de muerte son los siguientes:

   Tipo de relación afectiva con el fallecido.
   Duración de la enfermedad mortal y la agonía, en caso de existir.
   Grado de parentesco.
   Carácter de la muerte.
   Aspecto del cadáver.
   Grado de dependencia.
   Sexo del superviviente.
   Soporte social.
   Fe religiosa o planteamiento filosófico vital.
   Presencia o no de otras experiencias de duelo.

A esto habría que añadir el factor cultural y social, que puede hacer que la elaboración del duelo difiera mucho, si bien no deja de ser fundamental el tipo de vínculo y el apego que el doliente tiene con el fallecido. 

Ayuda profesional

En aquellos casos en los que la elaboración del duelo esté acompañado de un elevado sufrimiento, existe riesgo de desarrollar un duelo complicado. Por ello, en estas circunstancias y ante duelos de riesgo (duelos desautorizados como el suicidio, pérdidas perinatales, duelos por la muerte de un hijo, muertes repentinas...) conviene solicitar ayuda a algún un psicólogo o psicóloga experto en duelo.

Etapas del duelo individual

Hay autores que describen 3 fases (Lindenmann, Brown, Schulz):

1. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta que se consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Inicia el proceso de duelo el poder ver el cuerpo y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro o funeral, que cumple varias funciones, entre ellas la de separar al muerto de los vivos.


2. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la imagen del muerto, incluso pseudo-alucinaciones, la rabia emerge suscitando angustia. Trabajo duro para deshacer los lazos que continúan el vínculo con la persona amada y reconocer la ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios y puede durar 6 meses o más.


3. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con vida diaria, estabilización de altibajos de etapa anterior. Los recuerdos de la persona desaparecida traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia.

Siguiendo a Worden, se describen 4 tareas para completar el duelo:
   Aceptar la realidad de la pérdida.
   Experimentar la realidad de la pérdida.
   Sentir el dolor y todas sus emociones.
  Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir sin esa persona, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas relaciones.

Cuando una persona en duelo tiene muchas dificultades para elaborar su pérdida, prolongándose en el tiempo el sufrimiento, el malestar y la tristeza hasta el punto de tener afectadas todas las áreas de su vida (personal, familiar, laboral, social...), estaremos ante un duelo complicado.


Qué esperar estando en duelo.
Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo. Tal vez, saber algunas de las cosas que puedes esperar durante el proceso de duelo pueda ayudarte a superar el dolor.

Los primeros días después de la muerte de una persona pueden ser intensos, la gente puede expresar emociones fuertes, tal vez llorar o consolarse mutuamente y reunirse para expresar su apoyo y sus condolencias a quienes se ven más afectados por la pérdida. Es normal que sientas que "te estás volviendo loco" y que sientas mucha ansiedad, pánico, tristeza e impotencia. Algunas personas dicen tener una sensación de "irrealidad", como si estuviesen mirando el mundo desde un lugar lejano. Otras se sienten malhumoradas, irritables y con resentimiento.

La familia y los amigos suelen participar en rituales que pueden ser parte de su religión, su cultura, su comunidad o de sus tradiciones familiares (como servicios religiosos, velorios o funerales). Estas actividades pueden ayudar a la gente a superar los primeros días posteriores a la muerte y a honrar a la persona que murió. La gente puede pasar algún tiempo reunida conversando y compartiendo recuerdos de la persona que falleció. Esto puede extenderse por días o semanas después de la pérdida y los amigos y la familia traen alimentos, envían tarjetas o pasan a visitarte.

Muchas veces, la gente muestra sus emociones en este período. Pero, en ocasiones, una persona puede estar tan sorprendida o superada por la muerte que no demuestra las emociones en forma inmediata, aun cuando la pérdida sea muy terrible. No es nada raro ver a las personas sonriendo y hablando con otras en un funeral, como si nada triste hubiese ocurrido. Pero estar junto a otras personas que atraviesan el duelo puede brindar cierto alivio y recordarnos que algunas cosas continuarán igual que antes.

En algunos casos, cuando terminan los rituales asociados con el duelo, la gente puede sentir que deberían haber "superado" la pérdida porque todo parece haber vuelto a la normalidad. Cuando la gente que está de duelo regresa a sus actividades normales, puede resultarle difícil entregarse de lleno a las tareas de todos los días. Muchas personas vuelven a realizar sus tareas normales después de unos pocos días o de una semana. Pero si bien es posible que no hablen tanto de su pérdida, el proceso de duelo continúa.

Es natural continuar teniendo sentimientos y preguntas durante un tiempo después de la muerte de una persona. También es natural comenzar a sentirse un poco mejor. Depende mucho de la manera en que la pérdida afecte tu vida. Está bien estar afligido durante días, semanas, o incluso más tiempo, según cuán cercana era la persona fallecida.

No importa cómo elijas pasar tu duelo, no existe una manera correcta de hacerlo. El proceso de duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésta es una reacción natural después de una pérdida.

Cuidarte a ti mismo estando en duelo.

La pérdida de un ser querido puede ser estresante. Cuidarte a ti mismo en cosas pequeñas, pero importantes, puede ayudarte a enfrentarla. Aquí hay algunas cosas que quizás te ayuden:


   Recuerda que la aflicción es una emoción normal. Debes saber que la aflicción puede desaparecer (y va a desaparecer).
     Participa en los rituales. Los servicios religiosos, los funerales y otras tradiciones ayudan a la gente a superar los primeros días y a honrar a la persona que falleció.
   Reúnete con otros. Incluso las reuniones informales de familiares y amigos brindan una sensación de apoyo y ayudan a la gente a no sentirse tan aislada durante los primeros días y semanas del duelo.
     Cuando puedas, habla de ello. A algunas personas les ayuda contar la historia de su pérdida o hablar de sus sentimientos. En ocasiones, una persona no tiene deseos de hablar. Eso también está bien. Nadie debe sentirse presionado a hablar.
  Exprésate. Aun cuando no sientas deseos de hablar, encuentra maneras de expresar tus emociones y tus pensamientos. Comienza a escribir un diario sobre los recuerdos que tienes de la persona que perdiste y de cómo te sientes desde la pérdida. O escribe una canción, un poema o un tributo a la persona que falleció. Puedes hacerlo de manera privada o compartirlo con otros.
   Haz ejercicio. El ejercicio puede cambiar tu humor. Puede resultar difícil sentirse motivado; por lo tanto, modifica tu rutina normal si es necesario.
   Aliméntate bien. Seguramente tengas deseos de saltear comidas o quizá no tengas hambre, pero tu cuerpo necesita comida nutritiva.
   Únete a un grupo de apoyo. Si consideras que puede interesarte concurrir a un grupo de apoyo, pregúntale a un adulto o a un consejero escolar cómo unirte a uno. Lo que debes recordar es que no tienes por qué estar sólo con tus sentimientos o tu dolor.
   Expresa y libera tus emociones. Si tienes deseos de llorar, no te reprimas. No te preocupes si escuchar determinadas canciones o realizar algunas actividades resulta doloroso porque te trae recuerdos de la persona que perdiste. Esto es normal. Después de un tiempo, será menos doloroso.
   Crea un memorial o un tributo. Planta un árbol o una planta, o recuerda a la persona con algo saludable, como participar en una maratón o caminata a beneficio (por ejemplo, una carrera por el cáncer de mama) en honor del ser amado.

Conseguir ayuda para un duelo intenso.

Si tu dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que desees recibir ayuda. Si el duelo se transformó en depresión, es muy importante que se lo digas a alguien.

¿Cómo saber si el duelo está durando demasiado tiempo? Éstas son algunas de las señales:

   Has estado de duelo durante 4 meses o más y no te sientes mejor.
   Te sientes deprimido.
   Tu dolor es tan intenso que sientes que no puedes continuar con tus actividades habituales.
  Tu dolor está afectando tu capacidad para concentrarte, dormir, comer o socializar como lo hacías normalmente.
  Sientes que no puedes continuar viviendo después de la pérdida, o piensas en el suicidio, la muerte o en lastimarte a ti mismo.

En cierta medida, es natural que una pérdida haga que las personas piensen en la muerte. Pero si la pérdida ha hecho que pienses en el suicidio o en lastimarte a ti mismo de alguna manera, o si sientes que no puedes continuar viviendo después de tu pérdida, es importante que se lo digas a alguien de inmediato y solicites ayuda profesional de un psicólogo o psicóloga experta en duelo.

¿Alguna vez lo superaré?

Los amigos y familiares bien intencionados pueden decirle a una persona que está de duelo que necesita "seguir adelante" después de una pérdida. Lamentablemente, este tipo de consejo puede hacer que las personas duden en hablar de su dolor o que sientan que están haciendo un mal duelo o uno demasiado prolongado, o que no son normales. Es útil recordar que el proceso de duelo es sumamente personal e individual: no existe una manera correcta o incorrecta de hacer duelo. Cada persona necesita su propio tiempo para encontrar alivio.

Sin embargo, es importante que las personas que están atravesando un duelo no pierdan las ganas de vivir. Si no te gusta la idea de seguir adelante, tal vez la idea de "continuar" te parezca más adecuada. A veces, puede ayudarte recordarte a ti mismo continuar haciendo todo lo que puedas por el momento. Permítete estar triste e intenta no escaparte de tus emociones. Pero continúa haciendo cosas que normalmente harías, como estar con amigos, ocuparte de tu mascota, practicar ejercicio o hacer tus tareas escolares.

Seguir adelante y aliviar la aflicción del duelo no significa olvidarse de la persona que has perdido. Volver a disfrutar de la vida no significa dejar de extrañar a esa persona. Y cuánto tiempo pasará hasta que comiences a sentirte mejor no es una medida de cuánto amabas a esa persona. Con el tiempo, gracias al cariñoso apoyo de la familia y los amigos, y a tus propias acciones positivas, descubrirás maneras de enfrentar hasta la peor de las pérdidas.

Solivia Pérez Ardanaz.
Psicóloga sanitaria.

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